Los dos acusados, tío y sobrino, permanecen detenidos con prisión preventiva en la UP3 mientras la Justicia avanza hacia el juicio oral.
Este 15 de octubre se cumple un año de la muerte de Noah Romero, el pequeño de tres años que fue alcanzado por una bala perdida mientras jugaba en la vereda de su casa, en barrio San Francisco. Aquella noche de 2024, dos hombres en moto abrieron fuego frente a la vivienda del niño, disparando al menos cuatro veces. Las balas tenían como blanco a un vecino, Marcos Pino, con quien los atacantes mantenían un viejo conflicto.
Pino, de 37 años, sufrió heridas en la mano izquierda, la cadera y la rodilla, mientras que uno de los proyectiles impactó en el tórax de Noah. El niño fue trasladado de urgencia al Hospital San Felipe, pero los médicos no lograron salvarle la vida y falleció poco después de ingresar.
La madre de Noah logró identificar a los autores de la balacera: Leonel “Patón” Gaetán y David “Tin” Gaetán, tío y sobrino, ambos con extensos antecedentes policiales. Los dos fueron detenidos al día siguiente del crimen, tras varios allanamientos realizados por el Grupo Táctico Operativo y personal del Comando Patrullas.
El primero en ser arrestado fue David “Tin” Gaetán, capturado durante la madrugada del 16 de octubre en avenida Alberdi al 1600. En ese procedimiento, los efectivos secuestraron una motocicleta Honda Tornado 250 cc, tres vainas servidas calibre 22 y cuatro teléfonos celulares.
Horas más tarde, al mediodía, fue detenido Leonel Iván “Patón” Gaetán, de 26 años, en el mismo barrio donde ocurrió el ataque. Desde entonces, ambos permanecen alojados con prisión preventiva en la Unidad Penal Nº 3 de San Nicolás.
El caso tuvo una gran repercusión local y provincial. Incluso, el propio ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, viajó a San Nicolás y se puso al frente de la investigación junto al personal especializado del Ministerio.
El prontuario de los Gaetán
El historial delictivo de David “Tin” Gaetán incluye al menos ocho causas en los últimos seis años, todas registradas en el Departamento Judicial San Nicolás. En 2018 fue detenido tres veces por robo, tenencia ilegal y abuso de armas. En 2019 sumó nuevas causas por amenazas, daños y disparos agravados.

Durante 2020 volvió a ser acusado por abuso de armas y portación ilegal de arma de guerra, resistiéndose a la autoridad. En diciembre de 2021 reincidió con una nueva causa por disparos y tenencia ilegal de armas. Su antecedente más reciente data de agosto de 2022, también por abuso de armas y tenencia ilegal.
En marzo de 2020 fue ingresado a la Unidad Penal Nº 3 para cumplir una condena de seis años por abuso de armas y robo calificado. En septiembre de 2023 obtuvo la libertad asistida. Si su condena se hubiese extendido hasta el plazo completo, habría estado aún en prisión la noche del asesinato de Noah.
Su sobrino Leonel “Patón” Gaetán también acumulaba antecedentes. En julio de 2020 fue detenido en barrio San Francisco mientras permanecía prófugo. En ese momento portaba una cuchilla y una navaja. Cumplió condenas de tres años y medio y de cuatro años por robo calificado, lesiones graves y amenazas. Estuvo preso en la UP3 desde agosto de 2020 y fue trasladado en septiembre de 2023 a la Unidad 16 de Junín.
La investigación judicial
Desde el comienzo, la causa quedó a cargo de la UFI Nº 15 del fiscal Jorge Leveratto, bajo la carátula de Homicidio agravado por el uso de arma de fuego y tentativa de homicidio.
A casi un año del crimen, con el arribo de la última pericia balística realizada el 18 de septiembre pasado, la fiscalía dio por concluida la etapa de instrucción y solicitó la elevación a juicio. El fiscal pidió que los Gaetán sean juzgados como coautores del asesinato de Noah Romero y del intento de homicidio de Marcos Pino.
El informe pericial determinó que las vainas calibre 22 halladas en el lugar y el proyectil extraído del cuerpo del niño no coincidían con la pistola del mismo calibre que los acusados entregaron en la fiscalía. Según las fuentes judiciales, ese intento de “colaboración” habría buscado desviar la investigación.
A pesar de ello, Leveratto consideró que existen pruebas suficientes –testimonios, videos y pericias– para acreditar que ambos participaron de manera activa en el ataque. “Más allá de quién disparó, los dos tienen una participación necesaria. Ambos se dirigieron en motocicleta al lugar y ejecutaron los disparos que terminaron con la vida del menor”, había expresado el fiscal en diálogo con EL NORTE tras el hecho.
A la espera del juicio
Con el pedido de elevación a juicio ya presentado, la causa se encuentra en etapa de traslado a la defensa. El juez de Garantías deberá resolver la apertura del debate oral que definirá la responsabilidad penal de los dos acusados.
