En el centro de producción ubicado en Parque Comirsa, donde se llevó adelante la elaboración de la sustancia que provocó la muerte de más de 90 personas, existe una montaña de ampollas rotas o abiertas que contienen fentanilo, ranitidina, diclofenac y otras drogas, sin ningún tipo de precaución ni resguardo. Actualmente, el lugar se encuentra inhabilitado, con una clausura municipal y consigna policial de Prefectura y la Policía Federal.
De la redacción de EL NORTE
redaccion@diarioelnorte.com.ar
El predio donde se encuentra radicado Laboratorios Ramallo, perteneciente a los hermanos García Furfaro, cuenta con dos galpones enormes: el más grande es el azul, que se divide en dos sectores donde se producían mayormente suero y ampollas de fentanilo, así como de otras drogas. El laboratorio, ubicado en Parque Comirsa, se completa con otro galpón, blanco y un poco más chico que el principal, ubicado a solo unos metros de allí.
En medio de los edificios existe un espacio con un contenido particular: una montaña de ampollas rotas o abiertas de fentanilo, ranitidina, diclofenac y otras drogas, al aire libre, sin ningún tipo de precaución ni resguardo.
Serían las que se descartaban en el proceso de producción, sin ningún tratamiento y generando contaminación en napas y en el propio predio. Entre los motivos del deshecho estaban: la ruptura del recipiente, la mala calidad del producto o la contaminación.
Entre las ampollas de distintas sustancias, las de color ámbar y letras azules son las que corresponden al fentanilo.
Cabe recordar que García Furfaro apuntó contra el exconcejal nicoleño Andrés Quinteros. “Si las ampollas están contaminadas, alguien puso las bacterias”, afirmó. “Siempre supuse que fuera posible que Quinteros intentara atacar al laboratorio, ya fuera a través de un sabotaje o de una campaña mediática de desprestigio”.
Entre los imputados en la investigación a cargo del Juzgado Federal de La Plata se encuentra la farmacéutica nicoleña Carolina Ansaldi, Directora Técnica de Laboratorios Ramallo, quien supervisaba y controlaba la producción del fentanilo.
Un informe del Instituto Malbrán fue clave para acelerar la detención de Ariel García Furfaro, dispuesta por el juez federal de La Plata, Ernesto Kreplak. En ese documento se advirtió sobre múltiples fallas en la cadena de producción de las ampollas.
Lo primero que informó el estudio médico fue que los lotes de Fentanilo HLB 31202 y 31244 evidenciaron “riesgos significativos que comprometerían la calidad y seguridad del producto”. Los científicos explicaron que había “riesgos asociados al proceso de producción”, que era “poco robusto e inconsistente”.
“La práctica de someter las unidades a múltiples inspecciones para rescatar las rechazadas inicialmente demuestra que la calidad del proceso del llenado y el cierre fue deficiente. Esto aumenta el riesgo de que defectos sutiles no se detecten en las unidades finalmente aprobadas», plantearon.



