Una apatía generalizada que ya se expresó en la baja participación en comicios de otras provincias explica parte del fenómeno. Y, también, lo inédito de estas legislativas bonaerenses, por primera vez separadas de los comicios nacionales. EL NORTE salió a la calle a preguntar. La gran mayoría sabe que este año hay elecciones, pero el grueso de ellos desconoce las fechas y los cargos que se ponen en juego en septiembre y en octubre.
De la redacción de EL NORTE
redaccion@diarioelnorte.com.ar
Falta un mes para las elecciones legislativas convocadas para el 7 de septiembre por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires. Por primera vez en la historia, será en un acto cívico separado del nacional, cuyos comicios se llevarán a cabo el 26 de octubre. Además, luego de catorce años no habrá primarias, ni en una ni en otra convocatoria. Así las cosas, la agenda electoral escapa todavía a gran parte de los protagonistas: los electores y las electoras. El fenómeno se ve profundizado por otra circunstancia que ya se expresó de manera patente en las elecciones que otras provincias ya celebraron: una apatía generalizada que se tradujo de manera contundente en bajísimos números de participación.
Frente a tal escenario, EL NORTE salió a la calle a preguntar. Con un resultado que no era difícil anticipar: la gran mayoría de los nicoleños todavía no tienen en claro cuándo se vota y qué se elige. En general, todos saben que este año hay elecciones. Pero desconocen que tendrán que ir dos veces al cuarto oscuro. Si se les pregunta cuándo se vota, la mayoría responde –acaso por acto reflejo– que es en octubre, aunque sin fecha precisa.
No es incorrecto, pero sí incompleto. El 26 de octubre se llevará a cabo la elección nacional. Pero siete semanas antes son las legislativas bonaerenses. Muy pocas de las personas consultadas supieron decir que el 7 de septiembre hay elecciones en la provincia de Buenos Aires.
Si la pregunta apuntaba a precisar qué se elige, las respuestas daban cuenta de lo poco que caló la agenda electoral en la gente de a pie. Son muy pocos quienes tienen presente qué cargos municipales y provinciales se ponen en juego en septiembre y qué cargos nacionales se definen en octubre. Por cada uno de esos pocos, hay varios más que –por ejemplo– aventuran que se elige intendente o gobernador. Es decir, ni siquiera está en claro que se trata de una elección legislativa, sin cargos ejecutivos en juego.
Qué se elige
Lo primero que hay que decir, entonces, es que se trata de una elección legislativa. No hay cargos ejecutivos en juego: ni presidente ni gobernador ni intendente. No menos importante es la circunstancia de que, por primera vez, la provincia de Buenos Aires tendrá sus comicios en un día diferente al fijado para la elección nacional, que será el 26 de octubre.
En toda la provincia, se eligen el 7 de septiembre senadores y diputados provinciales. Cada una de las ocho secciones electorales tendrá una elección propia. Algunas eligen senadores y otras, diputados. Y, además, cada uno de los 135 municipios bonaerenses designa concejales y consejeros escolares.
San Nicolás integra la Segunda Sección Electoral junto con otros catorce distritos del norte bonaerense. Es una porción territorial que en estos comicios debe elegir 11 diputados provinciales titulares y 8 suplentes.
Además de los electores de San Nicolás, también participan en esta decisión los de Ramallo, San Pedro, Baradero, Zárate, Exaltación de la Cruz, San Andrés de Giles, Carmen de Areco, San Antonio de Areco, Arrecifes, Pergamino, Rojas, Salto, Colón y Capitán Sarmiento.
En cuanto a los cargos municipales en juego, se renueva en San Nicolás la integración de la mitad del Concejo Deliberante y la mitad del Consejo Escolar: se eligen 10 concejales titulares y 6 suplentes y 4 consejeros escolares con igual cantidad de suplentes.
Tales son las dos decisiones en que participarán los electores nicoleños en los comicios del 7 de septiembre. Siete semanas más tarde, el 26 de octubre, San Nicolás y el resto de los bonaerenses deberán designar diputados nacionales en representación de la provincia de Buenos Aires.
Apatía electoral
El domingo 29 de junio pasado, solo la mitad de los habitantes de Villa Constitución que estaban convocados para elegir concejales fue a votar. La participación fue de apenas el 50,57% de los electores de ese distrito del sur de Santa Fe y vecino inmediato de San Nicolás. La baja participación, el apático desinterés, el escaso compromiso democrático, la negación del ejercicio del derecho a votar (pero también el incumplimiento de la obligación de hacerlo) no fueron conductas exclusivas de los villenses. Ni mucho menos: en Rosario solo votó el 48,33% del padrón; en Arroyo Seco, el 53,41% y en Fighiera, el 59,02%, para que la provincia santafesina cierre en su conjunto un total de participación de apenas el 52%.
Aquel mismo domingo también hubo elecciones en la provincia de Formosa. Y aunque el involucramiento del electorado formoseño fue más alto que el del santafesino, la participación también fue baja, del 65,8%.
Además de Santa Fe y Formosa, cinco provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya celebraron sus comicios correspondientes a 2025. Y fue, en cada caso, con el denominador común de la baja participación de los electores. Si bien es histórica la menor concurrencia en elecciones de tipo legislativo, los números que dejaron esos seis episodios electorales están muy por debajo de los habituales: van desde el 52% al 65% del total de cada padrón.
Es obligatorio
Todos los argentinos nativos o por opción (es decir, cuando una persona es hija de padres argentinos y elige esta nacionalidad) desde los 18 y hasta los 70 años están obligados a votar en las elecciones, tanto en la nacional como en la bonaerense.
En caso de no votar, estos electores deben afrontar el pago de una multa o pueden recibir sanciones, salvo que se encuentren dentro de los grupos de exceptuados y justifiquen su ausencia en los comicios, de acuerdo con el Código Electoral Nacional.
El derecho al voto constituye una instancia fundamental de participación, entre las muchas que propone nuestro sistema democrático. Sin duda, tiene una importancia destacada por tratarse al mismo tiempo de un acontecimiento individual y colectivo en el que se enlazan los derechos y los deberes de la ciudadanía.
En la Argentina actual, el voto es secreto, universal y obligatorio, pero no siempre fue así. Y es que en algunos momentos de nuestra historia muchos sectores de la sociedad no tenían derecho al voto. Hasta 1912 solo votaban los hombres de las clases dirigentes y recién en 1947 las mujeres pudieron acceder a este derecho. Además, desde 2012, también pueden votar las y los jóvenes a partir de los 16 años.
La obligatoriedad del voto no implica únicamente sanciones para quienes incumplan este deber ciudadano, sino que desde 1983 representa una responsabilidad y un compromiso con la vida democrática por parte de toda la sociedad argentina.
