Para el abogado laboralista Ignacio Mateucci, el trabajo no registrado –que alcanza al 40% de la fuerza laboral– representa una de las principales fallas del sistema. Deja a los trabajadores sin derechos básicos ni protección social, y profundiza la fragilidad del sistema previsional. Frente a este panorama, advierte que es urgente reducir los costos de registración, aplicar sanciones efectivas y reparar el daño a quienes han sido excluidos del trabajo formal.
De la Redacción de EL NORTE
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En una entrevista realizada en el programa “Problema del Futuro” de El Norte Stream, el abogado laboralista, Dr. Ignacio Mateucci, se refirió a la problemática actual del trabajo no registrado, el impacto de la reciente reforma laboral y el entramado jurídico que enfrentan empleadores y trabajadores en el país.
La informalidad laboral es un problema estructural y sostenido; de hecho, «hay casi un 40% de trabajadores que están en negro», señaló Mateucci. Esto no solo vulnera derechos básicos como la obra social, jubilación o cobertura por accidentes, sino que también deteriora el sistema previsional al reducir la masa de aportes. En este sentido, sostuvo que hay que entender la magnitud del daño porque “un trabajador en negro no tiene nada; no tiene obra social, ART, vacaciones, jubilación”.
Al mismo tiempo, mencionó que la dificultad para regularizar el empleo radica en que “hoy es muy costoso para el empleador”. El especialista explicó que tener un trabajador registrado puede superar en un 50% el salario bruto. “Si alguien gana un millón, el empleador pone un millón y medio. Así no se puede”, expresó.
Al respecto, para revertir esta situación, propuso un modelo de incentivo: “Hay que bajar las cargas sociales. Que sea más barato blanquear. Y sí, sancionar muy fuerte a aquel que tenga un trabajador en negro, porque claramente es un grave perjuicio”.
Últimas reformas
En relación con las últimas reformas impulsadas por el gobierno de Javier Milei, Mateucci planteó que “se cortaron muchos derechos a los trabajadores, sobre todo en cuanto a indemnizaciones y multas por estar en negro o mal registrados”.
En esa línea, mencionó que el punto más conflictivo es la retroactividad de la ley en cuanto a que “se está discutiendo si los juicios iniciados antes de la reforma se rigen por la ley anterior o la nueva”. “Hay casos donde alguien trabajó cinco años en negro y cinco en blanco… y puede perder los derechos de los primeros cinco. Eso lo va a definir la Corte”, indicó.
Consultado sobre el llamado “industria del juicio”, el letrado dijo que “tiene que ver con reclamar derechos que no se cumplieron”, aguinaldo o vacaciones impagas, horas extras, trabajo en negro. En este sentido, no es una industria, sino una reacción a incumplimientos. Por otra parte, denunció que en muchos casos “le sale más barato a una ART pagar un juicio que hacer controles médicos o garantizar condiciones laborales adecuadas”.
Los juicios laborales se multiplican, especialmente en zonas como San Nicolás, donde “el goteo del despido es permanente”. Según el abogado, los tribunales están saturados y “una audiencia de terminación se fija con un año de antelación. La sentencia puede tardar otros ocho meses más”. No obstante, a pesar de los tiempos, el trabajador no pierde su derecho. “La prescripción es de dos años si no reclamás, pero una vez iniciado el proceso, el reclamo sigue vigente. Lo importante es impulsarlo”, resaltó el abogado.
Por otro lado, se refirió a la relación laboral a través de la figura del monotributista como condición de contratación. Mateucci fue categórico en ese aspecto: “Lo que hoy hay como monotributista es falso. El derecho laboral es un derecho de realidad”. “Sea lo que sea, ponerle la figura jurídica que quieras, es en relación de dependencia. Eso va a un juicio y se gana”, sentenció.
En tanto, una tendencia que crece es la rotación laboral, que es cada vez más alta. “Ya no existen casi relaciones laborales de 10 años. Hoy los jóvenes trabajan ocho meses, un año, dos”, afirmó. También destacó que las nuevas generaciones priorizan otras cosas: “No lo retenés ni por el sueldo. Piden home office, viajar, otros beneficios”. En ese sentido, remarcó la desactualización legal, mencionando que “todavía están vigentes convenios del 75”.
En síntesis, el derecho laboral es de protección; de lo contrario, se precarizan las condiciones de trabajo. Como desafío se requiere una combinación de decisión política, sanciones firmes contra la informalidad y una reducción real de las cargas laborales.
