Ubicado en el top global de los 100 mejores wedding planners del mundo, el nicoleño lanzó su primer libro en el que comparte su experiencia sobre cómo acompaña a cada pareja en el proceso de su boda.


El reconocido wedding planner nicoleño Adrián Pavía presentó su libro “Experto en bodas”, una obra que reúne sus más de dos décadas de experiencia en el mundo de los eventos. Considerado entre los 100 mejores wedding planners del mundo, Adrián narra en esta publicación sus aprendizajes, consejos y secretos.
La presentación del libro se llevó a cabo con un cocktail exclusivo en el Hotel Colonial, ubicado en la zona sur de la ciudad, establecimiento donde el propio Adrián también se desempeña como gerente general.
A lo largo de su carrera, el nicoleño ganó un lugar destacado en la industria. Fue el responsable de la boda del mismísimo Lionel Messi. Además, el pasado junio volvió a trabajar junto a Soledad Pastorutti, organizando el cumpleaños de 15 de su hija Antonia. Cabe recordar que fue él quien planificó la boda de la cantante hace 18 años, por lo que consideró que al ser contratado nuevamente “reforzó una amistad”.
Experto en bodas

Previo al evento, el organizador nicoleño de gran prestigio en el rubro, estuvo en diálogo con EL NORTE donde contó: «La idea surgió hace años por comentarios de los clientes, antes de la pandemia comencé, me ayudó mucho pero con el propio covid abandoné hasta que llegaron unos ángeles a mi vida. Ellas fueron mis alumnas de la universidad que me ayudaron con los trámites, editores y demás temas burocráticos».
«El libro se trata de que tengas los consejos y tips para organizar bodas con las buenas y malas experiencias que tuve a lo largo de mi carrera. Es una guía perfecta. El error más común de una pareja a la hora de planificar es querer todo, el presupuesto para todo no alcanza, por eso lo que primero digo en el libro es ´asegurate de conocer tu presupuesto´. En base a eso, yo voy a poder trabajar», concluyó Pavía.
Vida y obra

A lo largo de la presentación, Adrián Pavía repasó los orígenes de su recorrido personal y profesional, marcado por expectativas familiares que lo alejaban del mundo creativo. “Me dijeron: estudiarás Farmacia y Bioquímica. Me obligaron a estudiar Farmacia y Bioquímica”, recordó sobre aquellos primeros años en los que la palabra modisto incluso “se prohibió” en su casa. Entre risas y memoria afectiva, evocó las horas que pasaba en el atelier de su nona, donde enhebraba agujas y soñaba con dedicarse a la alta costura, un deseo que nunca llegó a ser aceptado por su padre.
Ese clima de presiones derivó en una decisión drástica: dejar su hogar a los 19 años y emigrar. “Me escapé de mi casa, me fui a vivir a Inglaterra. Viví muchos años afuera”, relató ante el público, mientras detallaba que fue en esa etapa, ya dentro de la hotelería europea, donde descubrió su pasión por los eventos y las bodas. También recordó su formación académica en el exterior: “Estudié Management en la Administración Hotelera de Alemania”. La experiencia, aseguró, le permitió desarrollar una mirada propia para trabajar con parejas, familias y celebraciones de alto nivel.
El recorrido lo llevó de regreso a la Argentina en un tiempo donde la comunicación era limitada. “No había WhatsApp, no había comunicación, no había nada. Las comunicaciones eran complicadas”, explicó. En Rosario encontró su primer sostén local: “Quien me acogió fue la cadena Solans. Estoy eternamente agradecido por todo el sufrimiento que tuve adentro de esa empresa”. Allí se formó en la hotelería argentina, llegó a ser gerente de cinco establecimientos y, finalmente, tomó la decisión de volver a San Nicolás. “Un día decidí volver. Y acá estoy, haciendo lo que hago”, expresó.
Pavía también repasó el momento en el que llegó al Hotel Colonial, un punto de inflexión en su vida. Contó que aterrizó en el lugar “por un año y medio”, convocado por un amigo de la escuela que formaba parte de la dirección del hotel. Con humor, resumió lo que ocurrió después: “Un año y medio… bueno, hace 25. Que me voy, que me voy, que me voy… y acá soy como Mireta”. Hoy, tras más de dos décadas como anfitrión del histórico establecimiento, asegura que ese camino fue decisivo para construir su identidad profesional.
En paralelo, el wedding planner compartió un costado íntimo al hablar de su familia. “Soy mi madre. Soy Adriana. 100%. Mi madre creó este monstruo y se dedicó muchos años a cultivar justamente todo esto que hago hoy”, afirmó visiblemente emocionado. Recordó que ella lo acompañó, lo impulsó a estudiar idiomas y a seguir su vocación cuando aún no sabía cómo encaminarla. Sobre su padre, admitió que la relación tuvo etapas complejas: “Estuvo distanciado algunos años”. Aun así, conserva una imagen afectuosa: “Sé que él estaba orgulloso y decía: ‘Ese es mi hijo, ese es mi hijo’”.
El relato incluyó, además, una reconstrucción de su herencia familiar, atravesada por la costura, la gastronomía y la inmigración. “Soy nieto de franceses, por parte de mis abuelos maternos, que hacían trajes de novia toda la vida. Mis abuelos italianos eran gastronómicos, toda la vida en restaurant y catering. La mitad de la familia italiana, la otra mitad francesa”. Esa mezcla, contó, fue clave para entender el universo creativo en el que se mueve hoy y para reconocer el peso de aquellos mandatos que lo alejaron, durante un tiempo, de sus deseos genuinos.
Finalmente, recuperó una anécdota que marcó su juventud: el intento de ser enviado a la escuela aeronáutica. “Me dijeron que iba a entrar a la escuela aeronáutica. Un miedo…”, recordó entre sonrisas. La inscripción no se concretó por razones económicas, algo que él define con ironía como “el milagro que salvó la economía”. A partir de entonces, comenzó a trazar el camino que lo llevó a convertirse en uno de los wedding planners más reconocidos, con una trayectoria que hoy plasma en su primer libro.
