Muchas personas siguen trabajando a la intemperie a pesar del frío intenso. En estos empleos, las bajas temperaturas no dan respiro.
Cuando el invierno se hace sentir, algunas tareas se vuelven aún más exigentes. No todos tienen la posibilidad de refugiarse en ambientes calefaccionados. En las calles, obras en construcción, estaciones de servicios o talleres, miles de personas continúan trabajando a pesar del frío extremo.
Repasamos algunos de los trabajos más duros de esta época del año. Todos tienen algo en común: requieren estar expuestos al aire libre, demandan esfuerzo físico, estar en contacto con agua o se desarrollan en lugares con pocos espacios para entrar en calor.
Entre ellos, las personas de servicios de limpieza y los lavacoches que pasan horas mojados, con las manos en contacto permanente con el agua helada. En los lavaderos manuales, ningún guante térmico es suficiente para aliviar el frío. Similar es el trabajo de los porteros de edificios, quienes deben llegar temprano a sus puestos, para hacer la limpieza de veredas y hall de entrada.
También los repartidores y deliverys, que recorren kilómetros en bicicleta o moto, soportando viento y heladas. Sus uniformes, muchas veces, no alcanzan a protegerlos del impacto del clima.
Los trabajadores de la construcción sufren las ráfagas de viento que, en las obras de gran altura, hacen aún más difíciles las condiciones. El personal de estaciones de servicio, los cuidacoches y los serenos enfrentan el frío en contacto con superficies metálicas o húmedas, lo que agrava la exposición al clima.
Además, a esta lista se suman jardineros, inspectores de tránsito, agentes de control y barrenderos, quienes pasan toda la jornada a la intemperie, muchas veces desde muy temprano.
Muchos de estos trabajos se realizan en la informalidad, sin la ropa adecuada ni acceso a calefacción, lo que convierte al frío en un riesgo cotidiano. Aun así, miles de personas sostienen estas tareas día a día para llevar un ingreso a sus hogares.
